Polemica del Autocontrol ¿Me controlo, o me controlan?

Por el Dr. Emilio Zermeño Torres

Comenté en mi artículo pasado que para tener éxito en el manejo de sí mismo, existen posturas encontradas que argumentan tanto el control de sí mismos o fuerza de voluntad, como el control del medio ambiente.Ya desde la década de los Sesentas en el siglo pasado, dos eminentes psicólogos, F.B., Skinner y Carl Rogers, contrarios en sus apreciaciones del ser humano, entablaban pólin007emicas públicas argumentando respectivamente el control unidireccional del medio ambiente o de sí mismo. El paradigma tradicional era E Ã R. Es decir, un estímulo, independientemente del organismo que lo capte o reciba, produce una respuesta determinada. Si recibes una información persuasiva mediante la televisión, tu responderás automáticamente con una respuesta específica. Posteriormente se adopta un modelo más comprensivo en el que se incluyen con igual fuerza tanto los estímulos medioambientales como al propio organismo (fuerza de voluntad).
En esta concepción las personas y las situaciones o medio ambiente son consideradas causas interdependientes del comportamiento. Por ejemplo, la conducta agresiva de un niño será producto no solo de su personalidad o fuerza de voluntad, sino de la influencia agresiva que reciba de su familia. Sin embargo, posiciones más modernas como la de Albert Bandura enfatizan la bidirecionalidad del control. La conducta no solo es un producto de la interacción de la persona y su medio ambiente, sino además, es un determinante interactivo. La conducta agresiva puede ser determinada parcialmente por el medio ambiente familiar y por la personalidad extrovertida del niño ( o si se quiere del grado de fuerza de voluntad que ha logrado), pero ese comportamiento agresivo provocará a su vez, una personalidad y un ambiente familiar más agresivos.

De acuerdo a esta postura, ¿de qué dependerá el que una persona en una situación específica logre «vencer la tentación»? Bueno, influirán tanto las condiciones medioambientales a las que es expuesto, como sus factores personales (fuerza de voluntad, personalidad, actitudes, etc.). Es decir, de acuerdo a la postura de Bandura o enfoque del aprendizaje social, las personas no son manejadas por fuerzas internas, ni por estímulos medioambientales. Más bien, el funcionamiento psicológico es explicado en términos de una interacción recíproca continua de determinantes personales y medioambientales. Desde esta posición, tan importante ene l control de sí mismo es lo que tradicionalmente se conoce como fuerza de voluntad (procesos autoregulatorios y simbólicos), como el manejo adecuado del medio ambiente. Y es en estos ámbitos donde la psicología moderna tiene mucho que aportar. En nuestro próximo artículo trataremos más específicamente sobre algunas estrategias para incrementar el control de sí mismos.

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