Impacto del Diplomado en mi crecimiento como individuo y enriquecimiento en mis relaciones con las personas que me rodean.

Desde hace algunos años había tenido la inquietud de participar en el Diplomado en Inteligencia Emocional, pero por diversas circunstancias no se me había facilitado llevarlo a cabo, hasta que en el presente año tuve la magnífica oportunidad de participar en él.

A continuación expongo algunas de mis experiencias que han enriquecido mi diario vivir en lo personal, social y laboral.

Primeramente comparto con ustedes que mi salud física ha mejorado substancialmente debido a los hábitos de ejercicio que aunque por la naturaleza de mi trabajo lo realizaba en forma esporádica pero no de manera habitual. También las alternativas para el mejoramiento de la salud expuestas por el Dr. Zermeño vinieron a cambiar hábitos no solo a nivel personal sino familiar.

En lo que respecta a mi desarrollo interactivo social también he realizado un análisis del antes y el después de adquirir los conocimientos propios del Diplomado y he concluído que ha habido una mejora que no lo observo solo yo, sino que también los miembros de mi familia inmediata se han percatado de que he mejorado en cuanto a la tolerancia, en situaciones adversas, de fricción o problemática con la sociedad de vecinos, clientes y/o colegas.

Creo que esta generación nos llevamos una experiencia adicional a lo que normalmente se cursa en el Diplomado, con esto me refiero a la experiencia de vida de nuestro maestro, al momento de enfrentar la dolorosa partida de su compañera Martha Mildred madre de sus hijas, a quién tuvimos la fortuna de conocer siempre activa y entusiasta a pesar de su quebrantada salud.

Los miembros de este grupo esperábamos que el Doc., tomará unos días de descanso para mitigar su pesar, pero para sorpresa nuestra nos dio una lección más de como procesar una pérdida de tal magnitud y continuar al frente de las actividades propias del curso para paliar un poco el dolor que enfrentaba en esos momentos.

Por todo lo anterior, pienso que todavía me falta mucho camino por recorrer pero las bases para seguir creciendo personalmente, ya están identificadas y que en el quehacer diario cotidiano se podrán ir aplicando los conocimientos y las técnicas adquiridas para ir superando las deficiencias, situaciones adversas o imprevistas que anteriormente pudieran haber desequilibrado mi comportamiento y mi forma de reaccionar.

El hecho de haber pertenecido a un grupo pequeño que en algún momento expresé que en comparación con el número de participantes del turno matutino que éramos “pocos chicharos pero bien envainados”, que incluso en un principio el Dr. Nos sugirió que hiciéramos lo posible para que nos integráramos al grupo matutino y que al final de cuentas creo que a pesar de ser pocos, el nivel de participación y empatía fueron elevados.

Gracias al “Doc. y a Vero, Karla y Javier, compañeros, por haber logrado este grado de cohesión en el grupo con resultados muy positivos para un Diplomado de Inteligencia Emocional.