Este diplomado ha despertado mi curiosidad por conocer más a fondo la Inteligencia Emocional y ha sido un salvoconducto para disfrutar más la vida. Me ha enseñado a tomar un camino diferente por el que vivo actualmente. Ha sido difícil tomar esa decisión, pero vale la pena. Las enfermedades, los accidentes y las crisis nos invitan a un cambio y este cambio nos ayuda a mejorar, a crecer.

Estoy aprendiendo a disfrutar del camino (proceso) y a incluir a otras personas en el viaje, pero cada vez veo más cerca la luz al final del túnel.