REFLEXIONES EN TORNO AL TÉRMINO DEL DIPLOMADO DE INTELIGENCIA EMOCIONAL

Desde que nos dijo que pensáramos como había sido para nosotros el cursar este diplomado o que provecho habíamos sacado de él, me puse a pensar cual era la distinción en mi vida del antes y el después del diplomado.

Voy a poner en contexto esa Vero del “antes” para pasar a la que soy ahora.

Como usted sabe estudié enfermería; para mi es más que una profesión, es como…. algo que me provee una base, para tener una forma de “ser en el mundo”. Nuestra filosofía personal de vida se combina con la filosofía de nuestra profesión y surge un nuevo “ser y estar en el mundo”. Esa integración de saberes me ha permitido no solo estar abierta, sino atenta a muchos de los tipos de conocimiento que vimos en el diplomado.

He de confesar que hace aproximadamente 14 años me interesé por el libro de Inteligencia Emocional de Daniel Goleman, lo leí y dos años después leí La Inteligencia Emocional de los Niños de Lawrence Shapiro (de la misma editorial). Hace dos años tomé un curso “La Inteligencia Emocional aplicada en el proceso enseñanza-aprendizaje”. Otros libros a los que se ha hecho mención aquí también los leí algún día.

También como parte del conocimiento de nuestra disciplina siempre he sabido que el ser humano se compone de cuatro esferas (física o biológica, psicológica o emocional, social y espiritual) y que todas se influyen entre sí, por lo que el cuidado de enfermería no sería holístico si nos enfocamos en una sola esfera (por muchos años nos formaron enfocándonos solo en la biológica). Todo ese conocimiento formaba parte de mí, pero ahora descubro que era como “letra muerta”. En un círculo de lectura reflexionamos un texto de Zaid sobre los libros y como éstos sin conversación no son nada, solo letra muerta.

Después de este diplomado mucho de ese conocimiento (especialmente el referente a inteligencia emocional) se tornó en “letra viva”. Relacionado a esto recuerdo como hace 12 años y tres meses, la Vero con maestría en enfermería pediátrica, más de 100 pláticas sobre alimentación al seno materno y más de 100 baños de recién nacido, lloraba frustrada con su recién nacido en brazos porque no podía alimentarlo como tantas veces había dicho era la mejor opción para un bebé.

Esto en palabras de José Ricardo Ayres en su conferencia “Tan lejos, tan cerca de cuidar” sería que yo poseía conocimiento tecno-científico pero faltaba la “sabiduría práctica”.

Creo que por la forma como está diseñado y es implementado por usted este diplomado convierte el conocimiento en “sabiduría práctica”, en “letra viva”.

La Vero del después no es muy diferente hasta hoy, considero que ha sufrido cambios mínimos pero de gran trascendencia. Tengo la certeza que cada día que Dios me lo permita cambiará algo y que la lentitud del proceso me garantiza mejor permanencia. Como dicen voy despacio porque tengo prisa. Tengo mucha tarea para seguir realizando a partir de hoy.

Los llamo cambios mínimos porque son cosas tan sencillas que no sé porque no había tomado la determinación de hacerlos antes. Como ejemplo más claro es cuidar mi esfera biológica, confieso que la tengo muy descuidada porque siempre me quise concentrar en la emocional. Estoy haciendo ejercicio y tratando de tomar cada día más agua, esos dos aspectos cambiaron mucho mi estado físico y por lo tanto emocional.

Hasta hoy el logro que considero más grande como consecuencia del curso, es tomar conciencia de mis diálogos internos y dirigirlos más hacia lo positivo en especial cuando se refieren a mi persona, porque hacia lo externo siempre me resulta fácil la tendencia positiva pero cuando se refieren a mí el juez se vuelve exigente e implacable.

Solo me resta agradecer su forma de conducir el diplomado: ver los contenidos y complementar leyendo pensamientos o ver videos en torno a ellos (hasta las “endorfinas”) era como “traducir” esos contenidos a aplicaciones prácticas. Otro aspecto importante es el tiempo, parece mucho por lo que al inicio pensé que estaría saturado de contenidos pero considero que es el justo para conocer con calma, lo necesario para poder demostrar que sabemos sobre inteligencia emocional.

Sin duda para mí el aspecto más importante de este aprendizaje es que permitió la participación activa de cada uno de nosotros. Ustedes mis compañeros aportaron a mi desarrollo durante este curso un valioso grano de arena, con sus compartires y testimonios. Ustedes contribuyeron grandemente en volver la letra viva con su sabiduría práctica por lo que estoy segura lo más valioso es haberlos conocido (en el caso de Rosy y Eduardo conocido mas) y compartir con todos y en particular con cada uno este espacio. Gracias a todos.