Prescripciones psicológicas para ser feliz
Por el Dr. Emilio Zermeño Torres

Mencioné en mi artículo pasado que la felicidad es esencialmente una actitud mental interna que lleva a un estado de bienestar subjetivo. En esta ocasión trataré sobre los diferentes tipos de felicidad y las implicaciones que pueden existir en su búsqueda.Existen primordialmente tres tipos de felicidad: la felicidad o dicha causada por agentes externos, la dicha que descubrimos y disfrutamos en nuestro ambiente, y la dicha de que somos creadores. La dicha causada por agentes externos es una felicidad muy efímera y pasajera porque como ya lo mencionaba, la felicidad no es un objeto, una cosa, un sitio o una persona. La felicidad que surge de agentes externos materiales es espuria porque está basada en la creencia de que el materialismo y el hedonismo son la fuente primaria de felicidad.fe002

De acuerdo a esta postura yo seré más feliz entre más bienes materiales posea. Y el bloqueo o la frustración en la obtención de tales bienes materiales representa infelicidad. Pero, amén de que ninguno de los grandes pensadores, de los grandes hombres santos y virtuosos, ninguno de los grandes profetas y líderes universales ha aseverado que para ser feliz baste solo el acopio de bienes materiales, recientes investigaciones han demostrado que las personas más opulentas no son precisamente las más felices.

También se ha observado en personas que han logrado el premio mayor de la lotería que de pronto su felicidad parece incrementar, pero al poco tiempo su nivel de felicidad regresa a su nivel anterior. Su felicidad fue solo un espejismo. Esto sucede, como ya lo he comentado, porque al parecer entre más energía física y psíquica se invierte en conseguir y mantener los objetivos materiales, más se atrofia la sensibilidad a otras recompensas de índole más espiritual y más natural. La persona prácticamente se ciega y se obsesiona por conseguir sus metas, llámese trabajo, puesto, prestigio, sueldo, automóvil etc.; pierde el sentido para reconocer la belleza y los bienes que nos otorga la naturaleza; merma su sensibilidad para descubrir el valor de la amistad, las buenas relaciones y la generosidad; y se aleja de las actividades que le hacen crear una felicidad genuina.

Por supuesto que los bienes materiales son importantes, pero no imprescindibles para ser feliz. El logro de la felicidad se facilita en aquellas personas que ya se encuentran satisfaciendo sus necesidades elementales de bienestar humano, pues el organismo motiva primero al equilibrio y a la satisfacción de sus necesidades. Es decir, la felicidad es bloqueada tanto por la carencia de satisfactores como por la opulencia extrema. Como nos han enseñado muchos sabios religiosos, la moderación es el secreto. Pero, aún habiendo moderación es importante no perder de vista que la felicidad no se encuentra en lo material, lo material es solo un medio de llegar a ella.

Otro tipo de felicidad es la que descubrimos y disfrutamos en nuestro ambiente. Y la podemos encontrar en un bello atardecer, en el virtuosismo musical, en una sincera y comprensiva conversación o hasta en un gracioso gesto humano. Igualmente hemos perdido esta capacidad para ser felices. También en este caso el encandilamiento por la posesión de bienes materiales nos impide apreciar la verdad y la belleza proveniente de nuestro entorno ya sea de las personas o de la misma naturaleza. Reaprender a apreciar estas señales es fortalecer nuestra capacidad de ser felices. Otros ejemplos de encontrar la felicidad es, como lo hacían nuestros antepasados, en la amistad, en la conversación, en la literatura, en la poesía, en la música y también, en la meditación y en la oración.

Por último, existe la felicidad de la que somos creadores. Crear la felicidad es la garantía más grande de lograrla. Ya mencioné a Andrés que nos dice que La dicha o felicidad no es un objeto que pueda darse o recibirse; es un estado interior que tiene que crearse. ¿Cómo puedo crear este estado interior para lograr la felicidad? Bueno, existen varios medios que comentaré en mi próximo artículo. En esta ocasión termino con esta frase célebre:
Nunca creas feliz a nadie que esté pendiente de la felicidad. Se apoya en una base frágil quien pone su alegría en lo adventicio. El goce que viene de afuera, afuera se irá. Por el contrario, aquel que nace de uno mismo es fiel y firme, y crece, y nos acompaña hasta el fin. – Lucio Anneo Séneca –

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